Del 8 de octubre de 2025 al 16 de marzo de 2026, el Museo Reina Sofía acoge la mayor retrospectiva dedicada a Maruja Mallo (Viveiro, Lugo, 1902 – Madrid, 1995), en colaboración con la Fundación Botín. Bajo el título Máscara y compás, la muestra —comisariada por Patricia Molins— reúne más de un centenar de pinturas, setenta dibujos y abundante material documental, muchos de ellos inéditos, que trazan el itinerario vital y artístico de una de las creadoras más inclasificables de la vanguardia española.
El título alude a dos ejes que atraviesan toda su obra: el compás como símbolo del orden geométrico que rige su estructura pictórica, y la máscara como metáfora de la tensión entre lo vivo y lo inanimado, entre la naturaleza efímera y su representación eterna. Desde Arte.news creemos que en esa dualidad se cifra el pensamiento visual de Mallo, una artista que encontró en la forma y el color una vía de conocimiento tan racional como poética.

La exposición, que ocupa once salas del Edificio Sabatini, permite redescubrir las múltiples metamorfosis de una creadora que conjugó modernidad, compromiso y exilio. Desde sus célebres Verbenas (1927-28), que unieron realismo mágico y cultura popular con un espíritu de sátira social, hasta sus inquietantes Cloacas y campanarios (1929-32), donde la materia se vuelve símbolo de decadencia, Mallo exploró siempre el cruce entre el arte y la vida. Obras maestras como El espantapájaros —adquirida en su día por André Breton— o la recuperada Arquitectura fósil I, dan cuenta de esa búsqueda entre lo telúrico y lo espiritual.
La muestra también recorre su trabajo como escenógrafa y fotógrafa, donde el cuerpo femenino se convierte en territorio de emancipación. Mallo se autorretrató como actriz de su propia modernidad: en vagones abandonados, playas americanas o frente a sus cuadros, reinterpretando su identidad como artista y mujer. Sus Máscaras y Cabezas de los años cuarenta, realizadas durante su exilio en América Latina, fusionan culturas, razas y géneros en un lenguaje simbólico que anticipa debates contemporáneos sobre el mestizaje y la identidad.

El recorrido culmina con sus series tardías Moradores del vacío y Viajeros del éter, donde el cosmos y la geometría sustituyen a la tierra y el cuerpo. En ellas, Mallo convierte la ciencia en materia pictórica y el universo en un teatro abstracto de luces y metamorfosis. Son visiones que, como escribió la propia artista, surgen de su “fe materialista en el orden armónico de los números” y su fascinación por la cuarta dimensión.
El Museo Reina Sofía y la Fundación Botín acompañan la exposición con un catálogo bilingüe y un extenso programa público que incluye conferencias sobre arte y exilio con Estrella de Diego y Alejandra Zanetta, además del proyecto de mediación Mallo Más Allá, diseñado para ampliar la lectura de su legado entre distintos públicos.
Para Arte.news, esta retrospectiva no solo restituye a Maruja Mallo el lugar que le corresponde en la historia del arte moderno, sino que reivindica una forma de pensar la pintura como sistema vital, donde razón y deseo, ciencia y poesía, conviven sin contradicción. Su obra, profundamente femenina y universal, traza una genealogía del arte español en clave cósmica: del suelo a las estrellas, del cuerpo al número, del gesto a la idea.