Maurizio Cattelan y el valor del arte: el retrete de oro “America” llega a subasta en Sotheby’s

Sotheby’s vuelve a sacudir el mercado del arte contemporáneo con la subasta de America (2016), la célebre escultura de Maurizio Cattelan realizada en más de 100 kilos de oro macizo de 18 quilates. La obra, convertida en uno de los iconos más provocadores y discutidos del siglo XXI, se ofrecerá en Nueva York el 18 de noviembre con una singularidad sin precedentes: el precio de salida será equivalente al valor del oro en el mercado el mismo día de la venta, que ronda actualmente los diez millones de dólares. De este modo, el artista lleva al extremo su reflexión sobre el valor del arte y su relación con la economía global.

Cattelan, conocido por su mordaz sentido del humor y su mirada crítica hacia las instituciones, vuelve a poner en cuestión la noción de lo que consideramos valioso. Si durante siglos el arte se ha medido por su subjetividad o por la intangibilidad de su valor estético, America subvierte esa idea al transformar un objeto cotidiano en una obra de arte cuyo precio depende de su materia prima. En esta operación, el artista convierte el mercado en parte de la obra misma, infiltrándose en los mecanismos que sustentan la economía cultural con la misma ironía con la que, en 2019, su Comedian —un plátano pegado con cinta adhesiva a la pared— redefinió los límites del arte conceptual.

La historia de America está rodeada de mitos y titulares. Su debut en 2016 en el Museo Guggenheim de Nueva York generó una afluencia sin precedentes: más de 100.000 visitantes hicieron cola para “experimentar” la pieza, instalada como un inodoro plenamente funcional. En 2019, su segunda versión, exhibida en el Palacio de Blenheim —la casa natal de Winston Churchill—, fue sustraída en un robo que dio la vuelta al mundo y cuyo botín jamás fue recuperado. La obra que ahora se ofrece en Sotheby’s es el único ejemplar existente.

Cattelan, quien había anunciado su retiro del arte en 2011 tras su gran retrospectiva All en el propio Guggenheim, regresó precisamente con esta pieza que sintetiza su espíritu irreverente y su talento para convertir lo absurdo en lucidez crítica. America dialoga con una larga genealogía que se remonta a Duchamp y su célebre Fuente (1917), el urinario que inauguró el concepto de “ready-made”. Pero mientras Duchamp elevó un objeto industrial al estatus de arte retirándolo de su función, Cattelan invierte el gesto y devuelve la obra a su uso original, invitando al público a interactuar con ella. El artista desmonta así la sacralidad del museo y pone al espectador en el centro del debate sobre la función social del arte.

En palabras de David Galperin, jefe de arte contemporáneo en Sotheby’s Nueva York, “America es el gran tour de force de Cattelan, una pieza que enfrenta al arte con sus propias contradicciones, y que refleja, literalmente, al espectador y al sistema que lo sostiene”. Su superficie dorada, brillante hasta lo hipnótico, combina un virtuosismo técnico impecable con una crítica mordaz a la ostentación, la desigualdad y el fetichismo del lujo. En ella, el oro —símbolo de poder, pureza y corrupción— se transforma en espejo de un mundo donde la belleza y el dinero parecen confundirse.

La obra podrá verse del 8 al 17 de noviembre en el histórico edificio Breuer, nueva sede neoyorquina de Sotheby’s, antes de su inclusión en la subasta The Now & Contemporary Evening Auction. Con America, Cattelan reabre la conversación sobre cómo medimos el valor del arte en una época dominada por los mercados financieros y las criptomonedas, que, por cierto, también se aceptarán como forma de pago. Una vez más, el artista italiano demuestra que el humor puede ser el arma más seria para desarmar los mitos de un sistema que, pese a sus brillos, sigue necesitando mirarse al espejo.

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