Una mirada contemporánea que dialoga con los maestros del pasado
Del 15 de julio al 12 de octubre de 2025, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta la primera exposición monográfica en un museo de la pintora canadiense Anna Weyant (Calgary, 1995). Bajo la curaduría de Guillermo Solana y Elena Rodríguez, la muestra reúne 31 obras entre lienzos y piezas sobre papel, seleccionadas entre su producción más reciente.
La instalación se integra dentro del programa de exposiciones dedicado a la colección de Blanca y Borja Thyssen-Bornemisza, y cuenta con la colaboración de Gagosian, la galería internacional que representa a la artista.

Anna Weyant se ha consolidado en pocos años como una de las voces más singulares de la pintura figurativa contemporánea. Sus lienzos, protagonizados en su mayoría por jóvenes mujeres, oscilan entre lo soñado y lo real, y evocan tanto la cultura popular estadounidense como la tradición pictórica europea.
Con un estilo figurativo y delicadamente perturbador, su obra explora temas como la adolescencia, la transición entre infancia y adultez, y la fragilidad de los objetos cotidianos. Globos a medio inflar, lazos deshechos o flores marchitas aparecen en sus naturalezas muertas como símbolos de un mundo en constante transformación.
La propuesta de Weyant no se presenta en solitario: sus obras dialogan con cinco piezas seleccionadas de la colección permanente del Thyssen, escogidas por la propia artista.
Entre ellas destacan:
- Mattia Preti, El concierto (h. 1630-1635).
- Giambattista Piazzetta, Retrato de una joven de perfil con máscara (h. 1720-1730).
- Christian Schad, Retrato del Dr. Haustein (1928).
- René Magritte, La llave de los campos (1936).
- Balthus, La partida de naipes (1948-1950).
Este diálogo visual entre lo barroco, el surrealismo y la contemporaneidad refuerza la riqueza de la propuesta, mostrando cómo Weyant absorbe influencias históricas para transformarlas en un lenguaje propio.
Más allá de sus referencias formales, la obra de Anna Weyant ofrece una mirada feminista sobre los estereotipos y los roles de la mujer en el arte. Sus personajes femeninos se mueven en escenarios que recuerdan casas de muñecas o cuentos de hadas, pero con un trasfondo inquietante que revela humor negro, ironía y tensión psicológica.
Esta combinación de tradición y contemporaneidad ha despertado el interés de coleccionistas y críticos internacionales, situando a Weyant como una de las artistas emergentes más influyentes del panorama actual.
Con esta exposición, el Museo Thyssen no solo abre sus salas a una artista emergente de gran proyección, sino que también reafirma su compromiso de poner en diálogo la tradición con la contemporaneidad.
Desde Arte.news, consideramos que Anna Weyant representa una apuesta valiente y necesaria: la de acercar a nuevas generaciones a un arte que respeta la historia pero se atreve a releerla con mirada crítica y actual.
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