El arte siempre ha sido un territorio de emociones. Nos detenemos frente a un cuadro y algo ocurre: una vibración, un recuerdo, una sensación de calma o de inquietud. Pero ¿qué es exactamente lo que nos emociona en una pintura? Esa es la pregunta que el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, en colaboración con Quirónsalud y la Universidad Rey Juan Carlos, ha decidido abordar en un estudio pionero que sitúa al museo en la vanguardia de la investigación cultural y científica. En Arte.news creemos que esta iniciativa representa un paso decisivo hacia una nueva forma de concebir el museo: no solo como un espacio de contemplación estética, sino también como un lugar de salud, de bienestar y de autoconocimiento.
Los resultados del proyecto Emociones a través del arte revelan algo que intuíamos, pero que ahora tiene respaldo científico: los colores y las composiciones influyen en cómo nos sentimos. Tonalidades cálidas y composiciones equilibradas tienden a generar respuestas positivas, mientras que los fuertes contrastes de luz y sombra despiertan reacciones más intensas, incluso incómodas. No es lo mismo contemplar La Cena de Emaús (1633-1639) de Matthias Stom, que invita a la reflexión y la calma, que encontrarse con El violinista alegre con un vaso de vino (1624) de Gerard van Honthorst, cuya energía desbordante provoca emociones dinámicas y vitales. Para Arte.news, la riqueza de este hallazgo es evidente: confirma que la pintura es un lenguaje capaz de modular nuestro estado anímico tanto como la música o la literatura.


Lo novedoso del proyecto no es tanto afirmar que el arte emociona, sino demostrar cómo lo hace. Para ello, las investigadoras Ana Reyes (URJC) y Rebeca Antolín (UCM) analizaron durante ocho semanas las reacciones de 127 personas ante 125 obras del museo. Con metodologías innovadoras —eye-tracking para rastrear la mirada, reconocimiento facial para descodificar expresiones y respuesta galvánica de la piel para medir activaciones fisiológicas— se construyó una base de datos de más de 12.700 métricas. Este cruce entre neurociencia y estética permitió comprobar que los rostros humanos en la pintura atraen antes la mirada y generan mayor conexión emocional que otros elementos. Desde Arte.news subrayamos la importancia de este enfoque: se trata de ir más allá del gusto declarado o la interpretación intelectual, y medir la emoción en su estado más puro, allí donde apenas somos conscientes de ella.

El estudio también se enmarca en una preocupación global: el papel del arte en el bienestar de las personas. La OMS ya ha recomendado integrar el arte en programas de salud pública, y el Thyssen lleva años colaborando con instituciones médicas en iniciativas relacionadas con el cáncer de mama, la salud mental o el dolor crónico. Para el director gerente del museo, Evelio Acevedo, este proyecto “representa un avance en el uso terapéutico del arte”. Y es difícil no darle la razón. En un mundo atravesado por la ansiedad y el estrés, los museos podrían convertirse en auténticos refugios emocionales, lugares donde no solo aprendemos historia, sino que cuidamos de nuestra mente y nuestro cuerpo.
El proyecto no se queda en el laboratorio. De los datos ha nacido una experiencia visual interactiva, accesible en la web del Thyssen, que permite a cada espectador descubrir qué emociones despiertan en él las obras de la colección. La propuesta trasciende la mera contemplación para convertirse en un ejercicio de autoconocimiento: miramos un cuadro, sentimos una emoción y, al reconocerla, nos reconocemos también a nosotros mismos. Desde Arte.news vemos en esta herramienta un avance fundamental: invita a mirar el arte de una manera activa, personal y terapéutica. Cada visita al museo se convierte así en un diálogo íntimo con nuestras emociones más profundas.
El proyecto Emociones a través del arte sitúa al Thyssen como el primer museo en realizar un análisis tan exhaustivo de las emociones que provocan las obras en los visitantes. Pero, más allá de las cifras y las métricas, lo que realmente está en juego es una idea poderosa: el arte puede cuidar de nosotros. Si durante siglos hemos acudido a la pintura para buscar belleza, ahora podemos también acudir a ella como una forma de medicina silenciosa. El museo deja de ser un templo del saber y se transforma en un espacio de salud emocional. Y en tiempos de incertidumbre, eso es quizá lo más revolucionario que puede ofrecernos.
Si quieres saber más sobre los resultados de las impresiones obtenidas de cada obra de arte, puedes acceder a ellas a través de este enlace.
Si, por otro lado, te interesa saber más sobre el estudio realizado, accede a través de este enlace.
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Quirónsalud & Universidad Rey Juan Carlos. (2025, agosto). ¿Qué nos emociona en un cuadro? Resultados del proyecto “Emociones a través del arte” [Nota de prensa]. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. https://www.museothyssen.org/especial/emociones-arte