Del 15 al 19 de octubre de 2025, las galerías Karma y Salon 94 comparten stand en Frieze Masters (Booth C3, Regent’s Park, Londres) con una propuesta que une dos voces esenciales del arte contemporáneo global: Mirdidingkingathi Juwarnda Sally Gabori (c.1924–2015), artista aborigen kaiadilt australiana, y Shoko Suzuki (n.1929), ceramista japonesa afincada en Brasil. Dos trayectorias que, desde geografías distintas, dialogan en torno a la memoria, el territorio y la materia como vehículos de identidad.
Gabori, que comenzó a pintar en la última década de su vida, transformó el gesto pictórico en un acto de pertenencia. Sus lienzos, de una energía casi geológica, condensan los recuerdos de Bentinck Island, su hogar ancestral en el Golfo de Carpentaria, del que fue desplazada junto a su comunidad en 1948. Obras como Dibirdibi Country (2007–2011) o My Country (2009–2010) evocan los lugares sagrados de su genealogía —el territorio del pez roca Dibirdibi, Thundi o Mirdidingki— mediante una vibración cromática que respira como el paisaje mismo. Nosotros creemos que Gabori no solo pintaba su país, sino que lo reanimaba, convirtiendo cada mancha en testimonio de una continuidad cultural amenazada por el desarraigo.

Thundi, 2009
Frente a la explosión de color de Gabori, la japonesa Shoko Suzuki ofrece en sus cerámicas una meditación contenida sobre la materia y la memoria. Nacida en Kioto en 1929 y formada en un sistema que apenas admitía mujeres, Suzuki emigró en 1962 a Brasil, donde su obra se fundió con la naturaleza tropical. Trabajando con arcillas locales y esmaltes de ceniza, sus piezas combinan la sobriedad japonesa con la exuberancia sudamericana, trazando sobre la superficie marcas orgánicas que recuerdan raíces, caminos y respiraciones del paisaje.
Suzuki, la primera artista nacida en Japón en exponer en solitario en el Museu de Arte de São Paulo (MASP), recibió en 2021 la Orden del Sol Naciente del gobierno japonés por su contribución a la cerámica contemporánea. En primavera de 2026, Salon 94 le dedicará su primera retrospectiva en Estados Unidos.

Untitled, 1973
La presentación conjunta en Frieze Masters resalta un hilo común entre ambas creadoras: el gesto como supervivencia, la técnica como puente entre mundos. En Gabori, la pintura se convierte en topografía emocional; en Suzuki, la arcilla se eleva a lenguaje espiritual. Ambas demuestran que el arte —cuando nace del cuerpo y la memoria— puede seguir creando hogar incluso lejos de su origen.
En Arte.news creemos que esta presentación conjunta es más que un diálogo entre dos trayectorias excepcionales: es una lección sobre cómo el arte puede reconstruir la historia desde los márgenes. Gabori y Suzuki reescriben el canon desde la experiencia, devolviendo a la materia su poder simbólico. En un contexto dominado por la velocidad y la sobreexposición, sus obras nos invitan a mirar más lento, a escuchar los ritmos del color y del barro, y a entender que la verdadera modernidad puede ser también un acto de reparación.