En Arte.news celebramos la llegada de una de las exposiciones más esperadas del calendario artístico internacional: “Theatre Picasso”, una propuesta vibrante, desafiante y profundamente contemporánea que revisita la obra del genio malagueño desde el prisma de la performance, justo cuando se cumple el centenario de su enigmático lienzo Los Tres Bailarines (1925).
Desde el pasado 17 de septiembre de 2025 hasta el 12 de abril de 2026, Tate Modern transforma sus salas en un escenario sensorial donde el arte, la danza y la teatralidad se funden en un homenaje a uno de los creadores más influyentes del siglo XX. La exposición reúne más de 50 obras entre pinturas, esculturas, grabados, textiles, dibujos y collages, con préstamos clave procedentes de instituciones como el Musée Picasso de París y Antibes, en un despliegue visual que no solo rinde tributo, sino que también cuestiona.
Theatre Picasso no es una retrospectiva tradicional. Su fuerza reside en la relectura crítica y escénica realizada por la artista contemporánea Wu Tsang y el curador y escritor Enrique Fuenteblanca, quienes actúan como directores de esta «puesta en escena museística». Su trabajo no sólo exhibe obras; propone un discurso. Explora cómo la performance habita la pintura de Picasso, cómo el artista dramatiza la creación y cómo el cuerpo, tanto del pintor como de sus figuras, se convierte en protagonista activo del acto creativo.

Nude Woman in a Red Armchair, 1932
Tate.© Succession Picasso/DACS London 2025.
En el corazón de la exposición se encuentra Los Tres Bailarines, pintura explosiva y misteriosa que encarna el vértigo emocional y físico del movimiento. A su lado, piezas como Mujer llorando (1937), Mujer desnuda en un sillón rojo (1932), o el imponente tapiz de Minotauro (1935), que se exhibe por primera vez en Reino Unido, expanden las capas simbólicas y teatrales que habitan la obra del artista. No se trata solo de lo que Picasso pintó, sino de cómo lo pintó: como si cada trazo fuera una coreografía, cada color una voz en escena.
Wu Tsang y Fuenteblanca han concebido esta muestra como una dramaturgia visual, y no lo han hecho solos. El proyecto incluye un programa paralelo de performances, flamenco y danza contemporánea, donde coreógrafos y artistas dialogan en tiempo real con las obras del pintor. Es una forma de devolverle al cuerpo su lugar central dentro del museo, no solo como objeto representado, sino como sujeto activo, como médium del arte.
Picasso, que a lo largo de su vida adoptó múltiples máscaras —el genio, el provocador, el outsider, el amante y el monstruo—, aparece en esta exposición bajo una luz que no elude las contradicciones. Su obra es celebrada, pero también interrogada. El propio artista comprendía el poder del espectáculo, no solo en su creación, sino en su identidad pública. Picasso no era solo un nombre: era un personaje cuidadosamente construido, una figura performativa que aún hoy define la noción del “artista total”.

Tapestry Le Minotaure, 1935,
made after a work by Pablo
Picasso dated 1928.
Musée Picasso, Antibes (photo credit)
© François Fernandez © Succession
Picasso/DACS, London 2025
La muestra pone especial atención en los márgenes, allí donde Picasso encontraba inspiración: acróbatas, toreros, bailarinas de flamenco, figuras circenses y modelos que aparecen en obras como La niña de la camisa (c.1905), Caballo con un joven en azul (1905-1906), Escena de corrida de toros (1960) o Acróbata (1930). Todos estos personajes, a menudo apartados de los espacios hegemónicos del arte, son reivindicados como esenciales en la narrativa picassiana, pero también como sujetos políticos que merecen ser pensados desde su propia agencia.
Uno de los puntos culminantes de la exposición es la proyección de El misterio de Picass” (Henri-Georges Clouzot, 1956), documento cinematográfico que muestra al artista en su estudio creando obras en tiempo real. Es un testimonio revelador del cuerpo en acción, del lienzo como escenario y de la pintura como acto performático. Aquí, el espectador no solo contempla el resultado final, sino que presencia el proceso: la duda, la furia, el impulso casi físico con el que Picasso se lanza al color y a la forma.
En su 25º aniversario, Tate Modern demuestra con esta exposición por qué sigue siendo uno de los epicentros del pensamiento curatorial contemporáneo. Al proponer una revisión crítica de una figura tan establecida como Picasso desde la óptica del arte vivo, nos obliga a repensar su legado, no como un pedestal estático, sino como una obra que aún vibra, se transforma y resuena en el presente.
Desde Arte.news no podemos sino invitar fervientemente a nuestros lectores a dejarse atravesar por esta experiencia. “Theatre Picasso” no es una lección de historia del arte; es una coreografía colectiva donde lo clásico y lo contemporáneo se abrazan, donde el museo se convierte en escenario, y donde el público, como en todo buen teatro, entra a formar parte de la función.

Tate (2025). Theatre Picasso (Nota de prensa). Theatre Picasso – Press Release | Tate