La obra de Goya ‘San Ignacio de Loyola’ atrajo en diciembre a 1500 visitantes al Museo de Bellas Artes de Murcia

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El cuadro de Francisco de Goya San Ignacio de Loyola que se puede ver actualmente en el Museo de Bellas Artes de Murcia ha sido visitado durante su primer mes de exhibición por 1500 personas. La muestra de esta obra forma parte del ciclo Grandes Maestros en el Mubam, puesto en marcha por la Consejería de Cultura y Portavocía.

La directora general de Bienes Culturales, María Comas, señaló que “los visitantes están respondiendo nuevamente a la excepcional muestra de una obra de primer nivel, como es este cuadro de Goya, que los murcianos tienen ahora la oportunidad única de contemplar en el Mubam, ya que forma parte de una colección privada y apenas ha sido expuesto”.

La obra de El Greco San Francisco en oración ante el crucificado, el tapiz que Enrique VIII encargó a Pieter van Aelst y el óleo de Picasso Corrida de toros, son otras piezas que han formado parte de este ciclo del Museo de Bellas Artes, que “trata de fomentar la creación de nuevos públicos para los museos de la Región a través de obras de grandes creadores nacionales e internacionales”, añadió María Comas.

San Ignacio de Loyola fue pintado por Francisco de Goya y Lucientes a finales del siglo XVIII. Dedicado al fundador de la Compañía de Jesús, el cuadro se dio a conocer al público en 1978 de la mano del historiador José Camón Aznar mediante un artículo en la Revista Goya.

Ocho años después, la obra fue expuesta por primera vez en la muestra ‘Goya Joven’ realizada en el Museo Camón Aznar de Zaragoza. En 2015 se pudo volver a ver en la misma ciudad, en el Museo Goya – Colección Ibercaja, y ese mismo año formó parte en el mismo espacio de la exposición ‘Goya y la Virgen: sus imágenes de Zaragoza’.

El cuadro perteneció a una familia argentina de origen navarro. Juan Ignacio Ezcurra (1750-1827) fue quien lo encargó a Goya y, tras su muerte, fue heredado por su hija. A principio de los años 70 del pasado siglo, la obra se subastó y fue adquirida por un anticuario español para, posteriormente, volver a Zaragoza a manos de un coleccionista privado de raíces murcianas.

Goya representa a San Ignacio de Loyola de medio cuerpo, con el hábito de los jesuitas, el rosario en la cintura y con un libro el que se lee el lema que usaba en sus escritos (‘Ad Maiorem Del Gloriam’, a la mayor gloria de Dios).